domingo, 1 de marzo de 2009

Botella, papel o ropa

Así gritaban las señoras cuando pasaban frente a mi casa. Yo, con seis o siete años, ya podía imitarles a la perfección. Es exactamente el mismo tono del "Oh dulce Jesús mío, perdón, perdón" de los entierros que no quiero que canten en el mío. Los afiladores: los cuchillos, las tijeras qué afilar. Los zapateros: se arreglan zapatoooos. El gas, la leche, el pan, qué se yo. Supongo que la zona cinco es de privilegiados porque acá antes de Dominos y sus treinta minutos o gratis, ya había reparto a domicilio de todo tipo de producto de primera necesidad. Pero entre todos estos, queridísimo Arana, el que más me prende la nostalgia es !el que reparaba paraguas! Joder, habrán sido los paraguas tan caros como para reparar uno. Los chinos deben haber quebrado al señor. Ahora, aún con todo y crisis, un paraguas te vale veinte quetzales en la calle, ¿cuánto podrían haber cobrado por reparar un paraguas? Otro oficio extinguido.
Suponé que escribir también se extinga un día y que haya una máquina para soñar.
Yo no me preocuparé.
Escribir no me da de comer.
Pero la primera vez que mire esa maldita máquina, la voy a destrozar.

(a veces, oigo el tristísimo silbido del tren. la última vez fue como en octubre. será verdad ¿o mi bipolar mente me traiciona?)

2 comentarios:

  1. Vos, esto no tiene para nada el estilo de noticias para Dios.
    Creo que al final la humanidad podrá prescindir de sí misma, que no nos sorprenda la extinción de nuestro papel en el mundo.

    ResponderEliminar
  2. Hablando de peculiaridades del sector en donde uno vive, allá en "La Justo" zona 21 todas las mañanas cuando medio abro los ojos para ver el despertador hay un grito en la ventana que dice: "Quieren Fósforos...!", no sé que tan beneficioso le sea al señór, pero tiene años de esta con esta actividad.

    ResponderEliminar

diga, sin pena.